FACSA y la Diputación Provincial de Castellón intervienen en la mejora y conservación del cauce fluvial en Fuente la Reina

FACSA, la empresa privada española con más experiencia en la gestión del ciclo integral del agua, en colaboración con la Diputación Provincial de Castellón, ha puesto en marcha una experiencia piloto en Fuente la Reina (Alto Mijares) para controlar la proliferación de cañas invasoras en las zonas del cauce del río próximas a las Estaciones Depuradoras de Aguas Residuales (EDAR).

Para ello, en colaboración con el ayuntamiento de la localidad y la Fundación Limne, aplicarán técnicas innovadoras para retirar este tipo de cañas y sustituirlas por vegetación autóctona para restaurar el río.

La caña americana (Arundo donax) está considerada, según la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (UICN), como una de las 100 especies invasoras más peligrosas y nocivas a escala mundial por su capacidad de desplazamiento de la vegetación autóctona.

Se trata, por tanto, de una especie exótica e invasora, presente en densidades altas en la mayoría de las riberas de los ríos mediterráneos. Entre los efectos que provoca destacan: competencia y reducción de las especies autóctonas, una mayor evapotranspiración o el aumento del riesgo de inundación en episodios de lluvia torrencial, ya que es fácilmente arrancada y tapona los ojos de los puentes y otras infraestructuras. Las especies invasoras son uno de los principales peligros para la biodiversidad, al provocar la desaparición de las plantas y animales propios de cada región y modificar profundamente los ecosistemas típicamente mediterráneos.

El diputado de Medio Natural, Antonio Case, ha explicado que a la hora de evitar la proliferación de este tipo de caña sólo el desbroce de la parte aérea no sirve, ya que estimula el rebrote en el rizoma. “Los brotes pronto se independizan de las reservas del rizoma gracias a una elevada tasa fotosintética, por lo que el desbroce de la parte aérea no agota el rizoma y, por tanto, como método único de control definitivo del cañaveral es ineficaz y contraproducente”, ha afirmado.

Es por ello que en la zona se han combinado dos actuaciones adicionales para erradicar la reproducción masiva de la invasora: tras el desbroce se han colocado láminas de polietileno (plástico negro) sobre las cañas para que no reciban la luz del sol. Así, estas plantas no pueden realizar la fotosíntesis y se dificulta su crecimiento.

Esta técnica se está complementando con la plantación de especies autóctonas en los márgenes del río, para que el bosque autóctono pueda realizar una exclusión competitiva y dar sombra a las cañas, para que así reciban menos luz. Este tratamiento contra el cañaveral, por tanto, también persigue proteger el bosque ribereño, cuya recuperación es otro de los objetivos que persigue la legislación europea en materia de aguas.

Según los organizadores “la aplicación de este tratamiento está recomendada en zonas de poca extensión, siendo muy efectivo en rodales localizados o cauces que atraviesan núcleos urbanos, donde la distribución de la especie invasora es de manera discontinua y en agregados”.

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