El uso del gas renovable como herramienta clave para la descarbonización del sector primario e industrial, este ha sido el eje de la intervención en el Ecoforum de Luis Puchades, director de Biovic, en la que ha ahondado en el nacimiento de la industria del gas renovable en España, especialmente del crecimiento del biometano.
En primera instancia, se ha centrado en hablar del biogás, sobre el que ha destacado su vector energético y medioambiental, “ya que el biogás no es solo energía renovable, sino que tiene mucho peso e importancia a la hora de tratar los residuos, hacer más eficiente el tratamiento de aguas residuales o crear biofertilizante”. Asimismo, ha apuntado que el éxito del biogás está en la integración de todos los vectores que le rodean y ha ejemplificado su tirón destacando que actualmente operan más de 20.000 plantas de biogás en Europa.
Tal y como ha indicado el gas renovable debe entenderse desde una forma holística, teniendo en cuenta todos los aspectos, desde la ingeniería, a la construcción y el mantenimiento de los proyectos. «Abordamos toda la cadena de valor de gas renovable: tratamiento de residuos, sistemas de depuración de biogás y elaboración de fertilizantes orgánicos a partir de ese digerido», ha expuesto. Este último aspecto es muy relevante, ya que la elaboración de fertilizantes contribuirá a restar dependencia en España respecto a otros países de Europa.
Flexibilidad del biogás
Una de las características del biogás es su flexibilidad, ya que la cantidad de residuos que pueden tratar es muy extensa y abarcan productos llegados, por ejemplo, de queserías, conserveras o mataderos. «El biogás nos permite valorizar residuos de muy distintos orígenes», ha señalado.
Para ilustrar sobre su potencial, Puchades ha reseñado que al año se generan unos 60 millones de toneladas de purines y estiércoles. «Tenemos una materia prima que se tiene que gestionar correctamente y el potencial de generación de energía es enorme. Podrían superarse los 150 teravatios de energía”. No obstante, aunque el «potencial energético es grande, el potencial medioambiental y descarbonizador es aún mayor».
El director de Biovic ha remarcado que los proyectos de biogás son «una oportunidad para la Comunitat Valenciana, y la Administración es consciente de ello», sobre todo teniendo en cuenta la potente industria agroalimentaria de la que goza el territorio autonómico. Y es que ha llegado un momento en el que los consumidores ya no solo piden una gran calidad en los productos, sino que su huella de carbono sea correcta. «Es un aspecto que tiene valor añadido y da imagen y marca de sostenibilidad para la industria agroalimentaria», ha continuado.
Biometano, papel clave
Si el biogás se genera a partir del tratamiento de residuos, el biometano, el siguiente gas renovable al que Puchades ha hecho referencia, se obtiene retirando los gases que no interesan, lo que permite producir el mismo gas que hay en la red de gas natural. «El biometano es un biogás que se refina a niveles de calidad hasta llegar al gas natural», ha puntualizado.
Uno de sus grandes beneficios es que se puede introducir en el sistema gasista y no requiere cambiar la infraestructura que está a su alrededor. «Hay que apostar por fuentes propias de energía e independizarnos de las fuentes externas. El biometano es la generación de un combustible equivalente al gas natural y puede introducirse en el sistema gasista. Y puedes producirlo de forma propia, lo cual es muy importante», ha reseñado.
Para acabar, ha defendido el potencial del uso del gas renovable. «Es una tecnología madura, es viable económicamente y está alineado con los ODS de las Naciones Unidas. Es el momento del gas renovable», ha concluido.
